En este reporte se destacan las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), que representan un desafío significativo para la seguridad debido a su fácil síntesis, dificultad de detección y falta de regulación.
En Colombia, se menciona el adulterante Levamisol, originalmente diseñado para tratar parásitos en bovinos, pero que se utiliza para modificar los efectos de drogas como la cocaína. Además, se identifica otra sustancia llamada "creepy", que es cannabis con un alto contenido de THC. Este producto se comercializa como cera o aceite y se consume en alimentos y bebidas, lo que eleva su riesgo para la salud. La creciente presencia de estas sustancias resalta la urgencia de fortalecer las estrategias de monitoreo y regulación.
Se observa un cambio en los patrones de consumo, con un aumento en el uso de sustancias por jóvenes y un crecimiento del consumo de polidrogas y se enfatiza la necesidad de una cooperación más estrecha entre los países de la región para compartir información y mejores prácticas en la lucha contra el abuso de drogas.
Es ahí donde se debe tener un enfoque proactivo y colaborativo para poder tener implementada, mantenida y mejorada las alertas tempranas como herramienta esencial en la prevención.
Documento tomado de:
Organization of American State
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